
El 27 de diciembre Kontseilua organizará un evento en Bilbo para dar un nuevo impulso al euskara
A pesar de que el euskara y la comunidad vascoparlante estamos en una emergencia lingüística, los agentes del mundo del euskara hemos comenzado el año con fuerza. En abril, reivindicaremos la en las calles de Baiona justicia para el euskara y la justicia en euskara. En mayo celebraremos Euskaraldia, el mayor ejercicio social para activar el uso del euskara. En diciembre, la Feria de Durango, punto de encuentro de la cultura vasca, celebrará su 60ª edición. Durante todo el año, euskaltegis, centros educativos, asociaciones y grupos de tiempo libre, instituciones, asociaciones deportivas, empresas y, en general, miles de personas seguirán dando vida al euskara. Y en la calle, en casa, en la plaza, en los periódicos, en las revistas, en las radios y televisiones, en las redes sociales y en todo tipo de manifestaciones culturales, no cesará el incansable trabajo crear y desarrollar espacios y condiciones para vivir en euskara con comodidad.
Los pasos dados en las últimas décadas en la revitalización del euskara son innegables. Sin embargo, los indicios de que este ciclo de recuperación se está agotando son evidentes en los datos sociolingüísticos, y a partir de ellos en los diagnósticos que se han realizado en los últimos años tanto desde el ámbito institucional como el social. Son muchos los acontecimientos y datos que nos preocupan: que el conocimiento relativo sigue disminuyendo en Iparralde, que más de la mitad del nuevo alumnado de Navarra no tendrá ninguna relación con el euskara en todo su itinerario educativo, o que el uso social está disminuyendo en las zonas más vascófonas, entre otros. Asimismo, en el ámbito en el que el euskara es oficial, desde los tribunales nos llega una ofensiva judicial que está derribando las políticas que tienen como objetivo la normalización del euskara, recortando derechos y perjudicando la igualdad lingüística y la cohesión social.
Además, la actual variante extrema de la globalización dificulta el camino de la normalización de las lenguas minorizadas; es más, perjudica su supervivencia. El euskara no está exento de esa dinámica. De hecho, forma parte de esta globalización la multiplicación de la movilidad, la difuminación de la vida comunitaria y la creación de nuevas prácticas lingüísticas. Estas nuevas prácticas ponen la balanza a favor de las lenguas dominantes, como el castellano y el francés, e incluso a favor del inglés. A la alta movilidad hay que añadir la digitalización de la vida. Gran parte de la vida la hacemos ligada a nuevos aparatos tecnológicos, a través de la mediación de las pantallas, que también impulsan a las lenguas hegemónicas antes mencionadas. Asimismo, en este contexto está cambiando mucho la composición sociodemográfica de nuestra sociedad, y cada vez son más los nuevos ciudadanos vascos que vienen con otras lenguas.
Como hemos dicho al principio, teniendo en cuenta todos estos factores, en noviembre los miembros de Kontseilua declaramos que el euskara y la comunidad vascoparlante están en «emergencia lingüística». No fue un llamamiento a la inquietud, sino una forma de dar el primer paso para impulsar la normalización y revitalización del euskara. Reivindicación de poner la cuestión lingüística en el eje de la agenda política y social.
Así las cosas, la normalización y revitalización del euskara tiene un gran reto entre manos. Y se necesitará un gran impulso social para convertir ese reto en una oportunidad. En el marco del Día del Euskara del año pasado, las entidades socias de Kontseilua reivindicamos la necesidad de dar un paso adelante y emprender el camino de la emergencia a una nueva revitalización, y anunciamos que 2025 será un año importante para el euskara y para la comunidad vascoparlante. Por un lado, porque estamos trabajando sin descanso en la elaboración de un nuevo acuerdo sociopolítico, y los primeros resultados están por llegar. En este sentido, reclamamos a las instituciones y a los agentes sociales y políticos a que traigan la normalización y la revitalización del euskara a la primera línea de la agenda política, que se sitúa entre las prioridades, y que se atienda a los problemas estructurales. Por otro lado, invitamos a la ciudadanía a ser parte e impulsor de ese nuevo músculo que necesita la normalización y la revitalización del euskara. En consecuencia, anunciamos que íbamos a proponer una gran iniciativa social para diciembre.
De hecho, hoy venimos a eso: a renovar y concretar esa invitación a la ciudadanía. Estamos convencidos de que la revitalización, el renacimiento que necesita el euskara vendrá de la participación y el impulso de la ciudadanía, como en otras situaciones de emergencia en nuestra historia social contemporánea. Por ello, el 27 de diciembre de 2025 se celebrará en el Bilbao Arena, en Bilbo, un acto que reunirá a miles de euskaltzales, Ul primer paso para comenzar a encarnar el impulso que necesita el euskara. Por lo tanto, hacemos un llamamiento a todos los euskaltzales, pero en general a todas las personas que quieran avanzar en la justicia y la cohesión social y proteger la diversidad, para que guarden bien en su calendario el 27 de diciembre y que ese día formen parte del nuevo impulso que necesita el euskara.
Este acto será el punto de partida de otras movilizaciones que vendrán hacia ese Renacimiento, y es importante dar ese primer paso con firmeza. Vamos de emergencia a respirar. Hagamos juntos y juntas el camino.