Un rayo de esperanza en la difícil vía para proteger y dar a conocer la diversidad lingüística extremeña
Euskara, catalán, gallego… Son lenguas que todos y todas conocemos, minorizadas en el Estado español. Quizás haya quien se acuerde además del asturiano y del aragonés. Pero también existen otras lenguas que están en riesgo de extinción y que sufren un gran desconocimiento en sus tierras.
Extremadura, conocida por su rico patrimonio cultural, abarca tres lenguas minoritarias. Y a pesar de sus profundas raíces históricas, están en peligro de extinción por un proceso avanzado de diglosia. Estas lenguas son el extremeño, la fala del valle de Xálima y elportugués rayano, y aunque son reconocidos internacionalmente –recogidos en la Carta Europea de las Lenguas desde 2020–, tienen una presencia social limitada y la transmisión intergeneracional está en descenso.
La lengua extremeña, conocido como estremeñu o castúo, con raíces en el asturleonés, se ha hablado históricamente en todo el territorio extremeño, especialmente en las comarcas del noroeste, así como en la comarca de El Rebollar en Salamanca. A pesar de su importancia histórica como lengua de campesinos y clases populares, en el último siglo su uso ha descendido considerablemente debido a la dominación lingüística del castellano. Hoy en día, sólo un pequeño porcentaje de la población tiene conciencia de que está una lengua propia, que a menudo se considera como castellano “mal hablado” o “inculto”. Según algunas estimaciones, unas 10.000 personas serían capaces de hablarlo conscientemente, en gran parte gente mayor. La lengua extremeña no tiene protección legal y ha desaparecido casi por completo en la vida pública.
La fala es una variante del grupo galaicoportugués, con cerca de 6.000 hablantes, y se habla en tres municipios del valle de Xálima de Sierra de Gata: Valverdi du Fresnu, As Ellas y Sa Martín de Trevellu. Las variantes de cada pueblo se denominan respectivamete valverdeiru, lagarteiru y mañegu. La fala es la única de las lenguas extremeñas que ha sido reconocida como Bien de Interés Cultural (BIC), aunque su protección no es suficiente para promover su desarrollo o su visibilidad en el sistema educativo.
Por último, el portugués rayano se habla en algunas zonas fronterizos con Portugal, especialmente en los municipios de Olivença y Casalinho. Su uso es cada vez más reducido.
Amplio consenso, pero escasos avances
La asociación OSCEC –Órgano de Seguimiento y Coordinación del Extremeño y su Cultura– está trabajando activamente desde 2011 en la conservación y difusión del conocimiento de estas lenguas, con un mayor impulso de la ciudadanía y de algunas instituciones en los últimos años. A través de talleres, conferencias y material didáctico, se pretende aumentar la conciencia social y fomentar el aprendizaje de estas lenguas, especialmente del extremeño. A pesar de sus esfuerzos, estas lenguas no cuentan con protección oficial suficiente para garantizar su revitalización y desarrollo. Y, sin embargo, según la encuesta realizada por la Universidad de Extremadura y el OSCEC, el 71,4% de la ciudadanía extremeña cree que las lenguas de la región deberían recibir la declaración de Bien de Interés Cultural que les daría una protección mayor.
La asociación aboga por la intervención de entidades locales y estatales. Extremadura, a través de su Estatuto de Autonomía, tiene la responsabilidad de proteger su patrimonio cultural y lingüístico, pero, de momento, los avances han sido limitados en esta materia. El OSCEC ha pedido en varias ocasiones a la Junta de Extremadura que tome cuanto antes medidas que incluyen su incorporación al sistema educativo.
Celebración y reivindicación del Día de las Lenguas de Extremadura
En 2018, el OSCEC inició la celebración del Día de las Lenguas de Extremadura. Este año, 21 de septiembre, se celebró la séptima edición en la localidad de Don Benito, por primera vez con el patrocinio de la Junta de Extremadura. La elección del día no es casual: desde el 2001, todos los 26 de septiembre se celebra el Día Europeo de las Lenguas, que tiene como objetivo promover la diversidad lingüística y cultural de Europa como riqueza a proteger e impulsar.
Tras la degustación de productos locales se inició el acto institucional de inauguración. El presentador de Canal Extremadura y miembro del OSCEC, Juan Pedro Sánchez Romero, dio la bienvenida a las más de 100 personas que llenaron el auditorio. En primer lugar, tomó la palabra la alcaldesa de Don Benito, María Fernanda Sánchez, que hizo por primera vez en su vida las declaraciones en lengua extremeña, más allá del mero saludo folclórico. A continuación, el Grupo Promoción Folklore Extremeño Caramancho defendió el valor del patrimonio cultural y lingüístico extremeño. A continuación, el secretario general de Cultura de la Junta de Extremadura, Francisco Palomino, se comprometió a la protección de las lenguas regionales y a dar continuidad al Día de las Lenguas de Extremadura. El presidente de la OSCEC, Daniel Gordo, subrayó la necesidad de dar mayor visibilidad y protección jurídica a estas lenguas.
En la conferencia posterior, varios expertos hablaron sobre la importancia de las instituciones públicas en la defensa de las lenguas minoritarias. En la charla participaron Eduardo Ruiz Vieytez, exdecano de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de Deusto y experto en derechos humanos; Inaciu Galán, miembro de número de la Academia de la Lengua Asturiana y vocal de Iniciativa pol Asturianu; y Juan Carrasco, catedrático de lengua portuguesa de la Universidad de Extremadura. Inaciu Galán subrayó el concepto de «estímulo positivo» para la protección de las lenguas minorizadas frente a algunas reticencias políticas para impulsar políticas a favor de la revitalización del asturiano.
Por la tarde, en la mesa redonda titulada “Desde lo asociativo a lo municipal”, se habló sobre la necesaria colaboración entre las entidades locales y los agentes sociales. El alcalde de As Ellas, Antonio Bellanco, y el alcalde de Montehermoso, Aureliano Martín, destacaron el papel de los municipios en la protección de las lenguas, mientras que Juan Carlos Márquez, responsable cultural de Sa Martin de Trevellu, y Verónica Díaz, miembro de la asociación Extremeñería, explicaron los proyectos desarrollados a partir de la iniciativa social en los últimos años. Este mes de septiembre, el Ayuntamiento de Montehermoso ha sido pionero en la aprobación por unanimidad de la moción por la que se declaraba Municipio comprometido con las lenguas de Extremadura. Todos los partidos locales han expresado su deseo de «recuperar lo perdido». La representante de Extremeñería también señaló que la lucha por los derechos sociales y los derechos lingüísticos son dos caras de la misma moneda, y la importancia de recuperar la dignidad y el orgullo.
A continuación, participaron en la mesa redonda «Experiencias en otros territorios», en la que participaron Aingeru Mimentza, responsable de comunicación de Euskalgintzaren Kontseilua, el asturiano Inaciu Galán, y Fortunano Castro, director de la Escuela Oficial de Idioma de Cáceres. Compararon y discutieron las políticas lingüísticas, fortalezas y debilidades de cada territorio. El representante de Kontseilua puso en valor la implicación y la aportación de muchos extremeños que emigraron a Euskal Herria, y sus hijos e hijas, en el proceso de revitalización del euskara.
Para acabar, la asesora de enseñanza Mar Caro, y los periodistas Vicente Pozas y Daniel Domínguez hablaron sobre la escasa presencia y la importancia que se les da a las lenguas minorizadas en los medios de comunicación y en la sociedad. Uno de los momentos más especiales del día fue la entrega del Premio de las Lenguas de Extremadura, que recibió el poeta y divulgador cultural Juan Carlos García Hoyuelos por su labor en la promoción de las lenguas minoritarias.
La jornada concluyó con una mesa redonda titulada “El futuro de las lenguas” para compartir las vivencias y reflexiones de tres personas jóvenes. La hablante de valverdeiro Ana de la Fuente, el hablante delportugués rayano Ventura Rodríguez, y los hablantes de extremeño Aníbal Martín y el músico y folclorista Sergio Gómez “El Gato con Jotas” hablaron de su vida cotidiana y de su lucha por la supervivencia de las lenguas. Cada uno hablando en su idioma y sin necesidad de cambiarse al castellano, fue una oportunidad única para escucharse y entender las similitudes y las diferencias. La reflexión final fue optimista, pero quedó claro que se necesitan más acciones por parte de las instituciones y en la educación.
Al terminar la noche, la música fue la protagonista. El Grupo Folclórico Caramancho realizó una exhibición de danzas tradicionales locales, seguida de los grupos Fônal y El Gato con Jotas. Éste último recupera las canciones folclóricas de pueblo en pueblo y los fusiona con música electrónica, combinando nuevos puntos de vista artísticos y queer para convertir la música tradicional en moderna e inclusiva.
El VII Día de las Lenguas de Extremadura no fue sólo una celebración de la riqueza lingüística, sino también un claro recuerdo y reivindicación del trabajo que aún queda por hacer para garantizar el futuro de estas lenguas.