Llamamiento a los partidos políticos para que actúen con responsabilidad para que la nueva Ley de Educación sea la garantía y la llave para la euskaldunización de las próximas generaciones
Hoy, los agentes del mundo del euskara y de la comunidad educativa han comparecido en Donostia para hacer una lectura y una petición conjunta ante el riesgo de que la nueva Ley de Educación vasca mantenga los modelos lingüísticos. En la rueda de prensa han estado presentes Euskalgintzaren Kontseilua, que agrupa a 30 agentes sociales a favor del euskara; los agentes educativos, la Asociación de Ikastolas, HEIZE e Hik Hasi; la mayoría sindical de educación: ELA, LAB y STEILAS; y representantes de Elkar, AEK, Berria y Euskal Herrian Euskaraz, miembros de la dirección de Kontseilua. Aunque no han podido asistir, se han sumado a la comparecencia EHIGE, Euskaltzaleen Topagunea, Artez e IKA.
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ADIERAZPENA
Euskalgintzaren Kontseilua, principal organización que aglutina los agentes sociales a favor de la normalización del euskara, ha seguido de cerca en los últimos dos años y medio el proceso de redacción de la nueva Ley de Educación en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Ha seguido de cerca porque tiene claro que la educación es una de las principales claves para avanzar en el proceso de normalización y revitalización del euskara. Está claro que muchos de los avances que se han dado hasta ahora en este sentido se han producido gracias a la aportación de la educación. Pero también está claro que para seguir avanzando en la normalización y la revitalización, así como poder abordar adecuadamente los retos del euskara y de la comunidad vascoparlante de cara al futuro, la educación necesita una revisión profunda. Por tanto, es imprescindible renovar las herramientas creadas en un contexto muy diferente hace 40 años.
Por ello, Kontseilua ha seguido de cerca el proceso y, además, no como meros observadores, sino aportando junto a los principales agentes educativos y expertos. Es más, poniendo sobre la mesa una propuesta concreta que garantice la adquisición del euskara por parte de las próximas generaciones, centrada en un modelo de aprendizaje generalizado e inclusivo en euskara. Ha sido una propuesta para resolver la cuestión lingüística que, como se refleja hoy aquí, cuenta con un amplio consenso de la comunidad educativa de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.
El proceso de aprobación de la nueva ley llega a su recta final. Dentro de unas semanas sabremos si el nuevo proyecto saldrá adelante o no, y con qué contenidos concretos lo hará. Es un momento crítico.
Cuando se presentó el proyecto de ley el pasado mes de abril hicimos una valoración agridulce. En el proyecto vimos algunos pasos que nos situaban en la dirección correcta en cuanto a la normalización del euskara, como la definición del objetivo de que al finalizar la enseñanza obligatoria todos los alumnos alcancen el nivel B2 en ambas lenguas oficiales. También vimos con buenos ojos la necesidad de que cada centro trabaje y desarrolle su proyecto lingüístico. Desgraciadamente, sin embargo, también vimos muchas carencias. Por ejemplo, no considerar evaluaciones previas de los proyectos lingüísticos o no establecer evaluaciones externas sobre objetivos finales. Es decir, dejar en ambigüedad el camino para poder cumplir los objetivos que la propia ley contempla en materia lingüística. En nuestra comparecencia del pasado mes de junio en el Parlamento Vasco, en la Comisión de Educación, una de nuestras principales demandas fue que la nueva Ley de Educación necesitaba mayor concreción para ser un instrumento de normalización y cohesión social del euskara. Especificar el alcance de los proyectos lingüísticos de los centros, y las formas de evaluación tanto de dichos proyectos como de sus resultados. En definitiva, que la Ley de Educación necesita más euskara; precisamente, más euskara para dar más a quien menos tiene.
Es decir, explicamos que tal y como se identifica la vulnerabilidad socioeconómica hay que identificar también la vulnerabilidad sociolingüística, que lamentablemente en muchas ocasiones se producen de forma conjunta y reforzándose mutuamente. Y que se pongan a disposición de los centros, del personal educativo y, en general, de los miembros de la comunidad educativa, recursos adecuados para ello. También porque es imprescindible que la cultura vasca sea el eje del curriculum para que el proceso de aprendizaje y uso del euskara tenga sentido, teniendo en cuenta que es una lengua minorizada. En resumen, estas eran las carencias que veíamos en el proyecto de ley y las peticiones a los partidos políticos para traerlas al camino adecuado.
Ya hemos mencionado anteriormente que el proceso de debate y aprobación de la ley se encuentra en su recta final. Y precisamente cuando hemos llegado aquí, al momento crítico, nos hemos llevado la sorpresa de que varias enmiendas que se han presentado van justo en sentido contrario. Nos hemos llevado una sorpresa al ver que se abre la posibilidad de construir una ley sobre modelos lingüísticos ya obsoletos, que serán la columna vertebral del sistema educativo de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa en las próximas décadas. Nos ha causado una profunda preocupación porque sería un gran paso atrás.
De hecho, este sistema basado en modelos lingüísticos ya está caducado. No lo decimos nosotras y nosotros: la experiencia y el recorrido hasta ahora, y la realidad de las aulas actuales, ha demostrado que los modelos son herramientas obsoletas. En la comunidad educativa existe un amplio consenso al respecto; también desde el propio Gobierno se ha señalado que la propia realidad los ha dejado atrás. En definitiva, los modelos lingüísticos están superados y no son eficaces para que los alumnos alcancen los objetivos lingüísticos que se establecen tanto en el pacto educativo como en el propio proyecto de ley.
El mantenimiento de los modelos hará que miles de estudiantes no se euskaldunicen en las generaciones posteriores, cerrándoles muchas puertas. Es decir, a miles de niños/as y jóvenes se les impedirá la posibilidad de adquirir el euskara de forma adecuada, causándoles un notable perjuicio, en la medida en que significa negar una herramienta importante para desarrollar sus posibilidades sociales y profesionales. Y, en general, obstaculizando la normalización del euskara y, por tanto, la cohesión social y la convivencia.
Por eso consideramos que el sistema de modelos lingüísticos creado hace 40 años es discriminatorio, ya que impedirá a miles de alumnos y alumnas adquirir la competencia adecuada de la lengua propia, yendo en contra del derecho a conocer el euskara que establece la oficialidad y del deber de los poderes públicos. La experiencia y los datos actuales demuestran que los modelos son también un instrumento de segregación que, añadiendo la vulnerabilidad sociolingüística a la vulnerabilidad socioeconómica, condiciona el desarrollo social y profesional futuro de miles de niños y niñas. El sistema de modelos, la mayoría de las veces perjudica de manera especial a quienes tienen más difícil el acceso al euskara, dificultando el fortalecimiento de la cohesión social. También dificultará el ejercicio de sus derechos lingüísticos a miles de ciudadanos vascoparlantes, impidiendo dar paso en la profundización de la convivencia.
Asimismo, consideramos preocupante que, con el argumento de la capacidad de decisión de los padres y madres, se condicione la igualdad de oportunidades de las generaciones futuras. El sistema de modelos puede condenar a miles de niños y niñas a un monolingüismo real: a dominar solamente el castellano, sin tener conocimientos suficientes de la lengua vasca. De hecho, se sabe perfectamente que en nuestra sociedad actualmente la adquisición completa del castellano está plenamente garantizada, que casi el 100% de la población lo domina, y que las únicas personad monolingües son castellanohablantes.
Kontseilua propone una mirada a largo plazo para que dentro de unas décadas la sociedad vasca sea euskaldun y plurilingüe. Es decir, que las nuevas generaciones dominen las dos lenguas oficiales y al menos una extranjera, tal y como se acordó en el Pacto Educativo. También sabemos que el modelo de enseñanza en euskara por sí misma no euskalduniza a todos los alumnos y que es imprescindible la innovación pedagógica, la transmisión de la cultura vasca, la euskaldunización de la educación no reglada y del entorno escolar, y destinar más recursos a quienes menos euskara tienen, entre otras medidas.
Sabemos que no se trata de algo que se pueda realizar de un día para otro, sino de un proceso que llevará tiempo hasta su implementación. Se trata de una apuesta por profundizar en la cohesión y la igualdad de la sociedad vasca, y las decisiones que se tomen en este momento condicionarán totalmente el proceso de normalización del euskara de las próximas décadas.
Por eso, y como estamos en el momento crítico del debate, Kontseilua y los agentes aquí reunidos, pedimos conjuntamente a los partidos políticos que actúen con responsabilidad y que aborden el futuro dejando atrás los modelos lingüísticos del pasado, dotando a la Ley de Educación de los contenidos y concreciones necesarios para que sea garantía y llave para la euskaldunización de las generaciones venideras, poniendo en el centro el modelo de aprendizaje generalizado en euskara y un curriculum centrado en la cultura vasca.