
La iniciativa Batuz Aldatu propone un nuevo acuerdo sociopolítico para impulsar un nuevo renacimiento del euskera
Hoy, más de un centenar de firmantes del consenso social Batuz Aldatu se han reunido en Donostia, en el Parque Tecnológico de Miramón, convocados por Euskalgintzaren Kontseilua. Allí han presentado el documento Propuesta para un nuevo Pacto Sociopolítico en el ámbito de las políticas lingüísticas. El objetivo de esta propuesta es dar respuesta a la actual situación de ralentización del proceso de revitalización y de emergencia lingüística que vive la comunidad vascohablante, proponiendo las bases del salto necesario para garantizar el futuro del euskera, siempre sobre la base del consenso social.
«Este nuevo Acuerdo sociopolítico propone las claves de la política lingüística para garantizar el futuro del euskera. Resumidamente, los fundamentos son la generalización del conocimiento, es decir, marcar el horizonte para que toda la ciudadanía conozca el euskera, y crear las condiciones para su uso normal. Un cambio de paradigma que, entre otras cuestiones, también afrontará con fuerza la cuestión del estatus», ha declarado Idurre Eskisabel, secretaria general de Euskalgintzaren Kontseilua y promotora de la iniciativa.
Asimismo, ha añadido que «además de abrir camino para avanzar en la normalización y revitalización del euskera, se lograría la plena realización de los derechos lingüísticos y, en consecuencia, se reforzarían la justicia social, la cohesión, la convivencia y la libertad».
Fruto de un recorrido productivo
Tras un proceso de contraste iniciado en 2019, en 2021 Kontseilua presentó Batuz Aldatu: Consenso social para incidir en las políticas lingüísticas, firmado por más de un centenar de agentes sociales de diversos ámbitos y de todos los territorios de Euskal Herria. Desde entonces, los firmantes han impulsado varias propuestas y dinámicas en favor de la euskaldunización del sistema educativo, la administración, el mundo laboral y el sector audiovisual.
Partiendo de aquel documento inicial, un Grupo Motor formado por once agentes ha estado inmerso durante un año en un proceso de diálogo para desarrollar la propuesta de transformar el consenso social en un pacto sociopolítico. En este Grupo Motor han participado AEK, Agirre Lehendakaria Center, Fundación Athletic Club, Asociación de Personas Consumidores y Usuarias Vasca (EKA-ACUV), Taupa Mugimendua, Eusko Ikaskuntza – Sociedad de Estudios Vascos, Euskalgintzaren Kontseilua, Gazte Euskaltzaleen Sarea – Red de Jóvenes Euskaltzales, Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa, Corporación Mondragón y el Ateneo Navarro, con la dinamización de la experta en convivencia Aitziber Blanco.
La propuesta del Grupo Motor ha estado guiada por una firme voluntad: lograr en el futuro una sociedad vasca mejor, en la que toda la ciudadanía conozca el euskera y disponga de condiciones para usarlo con total normalidad. Para ello, el nuevo paradigma de política lingüística subraya cuatro ejes principales: universalización del conocimiento del euskera, garantía de condiciones para el uso normal, consecución de un estatus oficial igualitario y empoderamiento de la comunidad euskaldun. Junto a ello, se establecen principios sólidos: liderazgo compartido, transversalidad de la política lingüística, progresividad, valoración de la diversidad lingüística, necesidad de un consenso social y político amplio, y desarrollo integral de los derechos plenos de la ciudadanía, sea cual sea la situación sociolingüística de cada zona.
Las claves para la nueva política lingüística
La propuesta divide en cinco ámbitos principales las responsabilidades que tienen los distintos sectores de la sociedad en el proceso de normalización y revitalización del euskera. En la primera capa de responsabilidades se sitúan las instituciones y los agentes políticos. El Acuerdo destaca precisamente la responsabilidad de las instituciones, desde los ayuntamientos hasta los gobiernos de cada uno de los ámbitos administrativos en los que se divide Euskal Herria. Se plantean así políticas públicas valientes y ambiciosas que conduzcan a la universalización del conocimiento, poniendo el foco en la educación, la euskaldunización y alfabetización de personas adultas, las políticas culturales y las políticas de acogida. Asimismo, se propone que las políticas públicas creen, desarrollen y extiendan espacios que garanticen el uso del euskera, al tiempo que se establecen vías para alimentar a una comunidad hablante empoderada.
Se hace una mención especial a la cuestión del estatus, ya que, tal y como se recoge en el Acuerdo, alcanzar el estatus de oficialidad del euskera en todo Euskal Herria es un paso imprescindible para que las políticas públicas que garanticen su futuro puedan hacerse de manera sistemática y permanente.
En una segunda capa de responsabilidades se sitúa el ámbito económico, en el que empresas y sindicatos tienen un protagonismo especial. A las empresas se les pide incorporar el euskera como valor estratégico y desarrollar planes de euskera, y a los sindicatos reconocer los derechos lingüísticos como parte de los derechos laborales e incorporarlos a los convenios colectivos, prestando especial atención a los sectores precarizados y feminizados.
En lo que respecta a los agentes sociales, el documento recuerda que sus decisiones y valores tienen una influencia directa en la normalización del euskera, y les hace un llamamiento para convertirlo en eje de justicia y cohesión social. Es responsabilidad de asociaciones y agentes sociales situar la revitalización lingüística entre sus compromisos, y el movimiento a favor del euskera debe mantener un papel de vanguardia en colaboración con el resto de agentes sociales.
Al ámbito académico y cultural se le pide garantizar conocimiento y creación propia en euskera. Se invita a las universidades a asegurar la oferta de estudios superiores en euskera y a construir itinerarios que permitan la investigación en esta lengua, y a los agentes culturales a situar en el centro la creación cultural en euskera. A los y las creadoras culturales en euskera les corresponde, como hasta ahora, mantener el compromiso de dar un universo al euskera, aunque sea ir a contracorriente.
Por último, el compromiso activo de la ciudadanía es la principal garantía del futuro del euskera. La normalización del euskera se presenta como una responsabilidad cívica, una aportación a favor de una sociedad más justa y cohesionada, y se reivindica el sentimiento euskaltzale activo como fuerza motriz imprescindible.
Compromisos y nuevas adhesiones
Los agentes firmantes asumen cuatro compromisos principales: socializar el contenido del documento, hacer propias las propuestas, seguir en el diálogo y la colaboración, y adoptar compromisos adicionales capaces de incidir en su ámbito.
Los agentes y organismos sociales que deseen adherirse al Acuerdo podrán firmar el documento en la siguiente dirección: www.kontseilua.eus/batuzaldatu
Finalmente, Euskalgintzaren Kontseilua ha recordado que el próximo 27 de diciembre están preparando un acto especial que llenará de miles de euskaltzales el Bilbao Arena. Será un momento simbólico y de gran importancia para reforzar el sentimiento comunitario euskaltzale y dar un respiro colectivo, que represente la necesidad de un nuevo renacimiento. En las próximas semanas se darán más detalles.