Tras 37 años, al euskara no le ha llegado el «cambio» en Navarra
Hoy, 15 de diciembre, coincidiendo con el 37 aniversario de la Ley del Euskara de Navarra, más de un centenar de personas realizarán un mosaico gigante a las 19:00 horas ante el Parlamento de Navarra, para preguntar «hasta cuándo» se prolongará la discriminación y reclamar una nueva ley que supere la zonificación del euskara. Euskalgintzaren Kontseilua, la organización que reúne a los principales agentes a favor del euskara, ha realizado esta convocatoria junto a numerosos agentes sociales y sindicales.
Una ley que construye fronteras en vez de puentes
La ley vigente desde 1986, mediante la zonificación del euskara, diferenció a Navarra y a los navarros y navarras en tres zonas de derechos lingüísticos, reconociendo diferentes derechos a la ciudadanía en función de su lugar de residencia. En lugar de puentes, esta ley construyó fronteras. Desde entonces, en Navarra no ha cambiado nada en la cuestión del euskara. Al euskara no le ha llegado el «cambio».
Por ello, hoy cientos de personas se han reunido para exigir el reconocimiento de la oficialidad del euskara en toda Navarra, en el mismo lugar donde el pasado mes de abril más de 200 asociaciones y agentes de toda Navarra firmaron y presentaron una declaración conjunta. A las puertas de la campaña electoral, varios partidos políticos también se sumaron a este objetivo.
Y es que el euskara en Navarra es una lengua en situación de vulnerabilidad, una lengua muy alejada de la situación de normalización. A miles de ciudadanos y ciudadanas navarras se les niega el derecho a aprender y vivir en euskara, y sufren cada día las vulneraciones de sus derechos lingüísticos. De hecho, cuando hablamos de otras lenguas se habla de «riqueza» o «diversidad», pero cuando hablamos en euskara hablan de «imposición». Al contrario, la oficialidad no impondría nada a nadie, sino que reconocería derechos a miles de ciudadanos y ciudadanas.
En la actualidad se reconocen diferentes derechos a los navarros residentes en Irurtzun, Iruñea y Noain, situados a pocos kilómetros de distancia. Ejemplo de ello es la imposibilidad de comunicarse en euskara con los servicios públicos, la necesidad de recorrer muchos kilómetros a diario para que los niños y niñas aprendan euskara, o la necesidad de que los jóvenes tomen la decisión entre estudiar en euskara o quedarse en el pueblo. Esto afecta a los hábitos lingüísticos de todos los y las ciudadanas de Navarra, incluso en la zona denominada vascófona, porque en estos servicios no se garantiza el derecho al uso del euskara al situarse los servicios centrales en la llamada zona mixta.
El decreto perpetuará la injusticia
El Decreto de Méritos que está a punto de aprobar el Gobierno de Navarra no supone ningún avance significativo, sino que perpetuará una situación injusta. El euskara no será valorado en la zona no vascófona establecida por la ley, y en la zona mixta sólo se valorará en determinados puestos de trabajo. En la zona vascófona, sin embargo, el decreto establece medidas más regresivas incluso que las que no fueron anuladas en los juzgados, lo que deja claro que con la excusa de los tribunales se está optando por rebajar la política lingüística. Kontseilua considera que el contenido del decreto es inaceptable.
Por todo ello, Kontseilua reclama una mayor protección legal para los derechos de los y las vascohablantes. Una la ley que extendería la oficialidad al conjunto de Navarra sería un paso en la garantía y normalización de los derechos, pequeño –fundamental– pero imprescindible. Porque la oficialidad no priva a nadie de derechos, sino que los reconoce a quien no los tiene. Por eso es la llave que abrirá las puertas a la igualdad.